No hay buenas noticias para muchas zonas del país. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires difundió su Perspectiva Agroclimática Estacional para el fin de la campaña 2015/16 e inicio de la 2016/17, en la que advierte que la disipación del fenómeno denominado El Niño es lenta y se completará recién en la primavera, lo que llevará a que en el invierno se registren “heladas intensas y frecuentes”.

 

El reporte mensual elaborado por el climatólogo Eduardo Sierra sostiene, además, que tras El Niño vendría un contexto enmarcado por “algunos rasgos climáticos del tipo de La Niña”. De este modo, coincide con la previsión formulada por el director del Centro de Investigación de Recursos Naturales del Inta, Pablo Mércuri, durante la Agrojornada del miércoles 30 de marzo en la que proyectó lluvias abundantes hasta mayo y un Niño seguido por una Niña débil.

 

De acuerdo a la perspectiva de la Bolsa porteña, “el proceso de disipación de El Niño 2015/2016 se está cumpliendo en forma muy lenta, manteniéndose una fuerte acción residual”. Debido a ello, la proyección es que, durante el otoño, continúen produciéndose fuertes lluvias, con riesgo de crecidas de los grandes ríos, anegamientos de zonas bajas, y ataques de enfermedades de fin de ciclo, plagas y malezas, demorando la cosecha, e incrementando los gastos de acondicionamiento, almacenaje y transporte de la producción.

 

El informe sostiene que El Niño completará su disipación hacia mediados del otoño 2016, pero sus efectos residuales continuarán sintiéndose con fuerza en la mayor parte del área agrícola del Cono Sur hasta la primavera de este año. Así, el nivel de precipitaciones recién comenzaría a bajar a partir del inicio del verano 2017.

 

El análisis de Sierra indica que, durante el invierno, continuará experimentándose una buena dosis de actividad residual de El Niño, que provocará precipitaciones superiores a lo normal en algunas regiones de Sudamérica.  “Es probable que se presente un invierno con heladas intensas y frecuentes, que podrían extender su acción hasta llegar al sur de Bolivia y el sur del Paraguay, manteniendo este riesgo hasta mediados de la primavera”.

 

Como Pablo Mércuri, el climatólogo de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires no se anima aún a proyectar si lo que vendrá en el ciclo 2016/17 es La Niña, que genera temor porque normalmente implica períodos de fuertes sequías. 

 

“En lo referente a la temporada 2016/2017, muchos centros climatológicos coinciden en que sería afectada por un episodio de “La Niña”, pero ello aún no puede darse por definitivo, siendo necesario esperar algunas semanas hasta que el escenario climático se encuentre claramente definido”, opina Sierra. “Por el momento no es posible evaluar si se tratará de un episodio intenso de “La Niña”, agrega.

 

De todos modos, pronostica que, en la primavera, las precipitaciones serán abundantes pero mostrarán una distribución espacial con signos propios de La Niña, con valores más fuertes sobre algunas zonas y escasos sobre otras. Mércuri también había señalado esto al señalar que el menor nivel de lluvias esperado hacia fin de año no hacer descartar la probabilidad de tormentas intensas localizadas. Lo cierto es que el agua estará presente en nuestro país en lo que resta del año, generando seguramente un escenario preocupante en muchas regiones que hoy deben padecer graves inundaciones.