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La cosecha sojera argentina se agranda y se proyectá una producción de 59 millones de toneladas, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Son 500.000 toneladas más que la estimación que se había realizado en febrero y unas 2 millones de toneladas menos que la trilla récord del otoño pasado, cuando la oleaginosa trepó a 61 millones de toneladas.

 

El informe destaca que pese al intenso estrés del verano, a partir de mediados de febrero comenzó una tendencia ascendente en la evolución de los cultivos por la reactivación de las lluvias. Hay zonas del centro y sur de Santa Fe y Córdoba que acumularon entre 250 y 350 milímetros de lluvias, una situación que también está generando problemas de anegamiento en los lotes más bajos.

En la previa de la cosecha, los técnicos de la Bolsa rosarina estiman que hay 250.000 hectáreas en Córdoba, 110.000 hectáreas en Santa Fe y 800.000 hectáreas en la Buenos Aires que no van a poder ser recolectadas por las pérdidas que están provocando los excesos hídricos.

Los copiosas lluvias dificultaron el desarrollo de la soja de segunda y se esperan rendimientos muy variables, que van desde 2.200 a 3.700 kilos por hectárea.

Los buenos rindes van a compensar, en parte, las hectáreas que se perdieron por los excesos hídricos.

“A pesar de esta situación, se afianzó el escenario de alta productividad de la oleaginosa. Las zonas no afectadas de Santa Fe, Córdoba y el oeste bonaerense se aproximan a los máximos rindes históricos y compensarían las reducciones por superficie”, destaca el reporte.

En el caso del maíz, se proyecta una cosecha de 24,5 millones de toneladas, con muy buenos rendimientos en Santa Fe (92 quintales por hectárea) y Córdoba (85 quintales).