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Los márgenes esperados para los granos gruesos en el sur de Buenos Aires favorecen ampliamente al maíz, mientras que la soja de primera pinta como la Cenicienta en este ciclo. 

La soja, muy relegada por las retenciones.

Luces de alerta

 

 En mayo-junio, las primeras luces de alerta por excesos hídricos aparecieron en la región triguera Norte, en la que quedaron lotes sin sembrar por falta de piso. En los últimos días aparecieron otras luces rojas, también en el sur bonaerense, que detienen la marcha de la siembra. Benjamín Banks, asesor del CREA San Cayetano-Tres Arroyos, dice que hay mucha agua en los campos de la zona, donde se sembró sólo el 5% del área, contra el 40% histórico. "La siembra de cultivares intermedios está atrasada y se podrían utilizar hasta fines de julio en la zona; luego hay que pasar a ciclos cortos", proyecta. Su recomendación es sembrar bien: "No desesperarse y hacer transitar la sembradora en lotes que no reúnen las condiciones de piso. Con una labor de ese tipo muchas semillas no alcanzarán a germinar o tendrá lugar una emergencia despareja".

 Nivel tecnológico

 El retraso en las siembras de trigo también se puede observar en la zona de Balcarce-Mar de la Plata. En los lotes en los que se puede trabajar, los productores no reducen el nivel tecnológico de los cultivos. Sucede que hay mucha necesidad de reposición de fósforo luego de una cosecha de soja 2015/16 de 4000 kilos por hectárea en la zona. También están monitoreando el contenido de nitrógeno del suelo, después de las recurrentes lluvias. Los perfiles están muy saturados y se ve que el 40-50% de los nitratos fueron lixiviados. Frente a eso, se recomienda hacer análisis de suelo solicitando el contenido de nitratos, pero también de amonio y nitritos, formas químicas del nitrógeno que puedan volver a convertirse en nitratos asimilables por las gramíneas si las condiciones edáficas se estabilizan.

 Nada mejor que el maíz

 Los márgenes esperados para los granos gruesos en el sur de Buenos Aires favorecen ampliamente al maíz. Sin retenciones ni ROE, y con híbridos adaptados a la región, el cereal doblega al girasol y, mucho más, a la soja. El maíz tiene la ventaja de que la relación fertilizante nitrogenado/producto es mucho más favorable que en años anteriores y ofrece gran plasticidad en su fecha de siembra, que permite adaptarse al marco climático de la campaña. El girasol será otro cultivo que resurgirá en el sur bonaerense. "Muchos lotes que se destinarían al trigo y que no se pudieron sembrar por falta de piso pasarán directamente a girasol, un cultivo muy familiar para los productores", dice un técnico regional. En tanto, la soja de primera pinta como la Cenicienta en este ciclo, muy relegada por las retenciones.