Los que tenemos varios años analizando mercados y leyendo e interpretando los informes del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda) no podemos menos que expresar cierta sorpresa ante el informe publicado el miércoles.
Para que el productor lo entienda muy bien, hay que comenzar diciendo que en el informe de intención de superficie de siembra, el organismo estadounidense había anunciado a fines de marzo que la superficie de soja en el país del Norte podría incrementarse en 2,5 millones de hectáreas, equivalente al siete por ciento.
Con este aumento de área y un rinde de tendencia de 3,350 kilos por hectárea, la producción potencial debería incrementarse en 3,5 millones de toneladas. Sin embargo, en su primer informe de oferta y demanda de la nueva campaña 2017/18, el Usda daba a conocer la producción de soja americana en el orden de los 115,8 millones de toneladas contra 117,2 millones de la cosecha anterior.
El argumento del Usda es que el siete por ciento de incremento de superficie fue más que compensado por un ocho por ciento de caída de los rendimientos. Por este motivo la producción estimada resulta menor que la cosechada en 2017. Realmente una hipótesis que si bien puede ser probable no es la que esperaba el mercado. Si se hubieran utilizado rindes de tendencia de 3.350 kilos por hectárea, la producción estimada debería haber sido de 120,7 millones de toneladas. El mercado daba por descontado un aumento de producción, por mínimo que fuera, y no una reducción como la que se produjo.
De ahí que Chicago cerró con leves subas, como desconfiando de las cifras informadas por el Usda. Si bien es imposible decir hoy cual será la producción de soja americana con exactitud, cuando apenas se llevan sembradas 14 por ciento de la superficie total proyectada, el Usda ha demostrado en sus últimas estimaciones tener proyecciones que luego terminan resultando ser mayores a las inicialmente estimadas.
Esto sucedió concretamente con la estimación del Usda de la cosecha de soja estadounidense 2016/17. El organismo comenzó su primera estimación de soja estadoundiense de la campaña pasada en 103,42 millones de toneladas, y luego la fue corrigiendo (aumentando) en forma sucesiva hasta el dato final de 117,21 millones de toneladas. Entre la primera y la última estimación, la producción se corrigió en 13,79 millones de toneladas equivalente al 13,33 por ciento.
Con estos antecedentes reales, y no de fantasía, podemos presuponer que el Usda ha preferido ser cauteloso. Esperar la evolución de las siembras, el comportamiento del clima durante los meses de la floración y formación de chauchas, entre el 15 de julio y el 15 de agosto. Como vemos, falta una eternidad no solo desde el punto de vista de las semanas o meses, sino también desde la evolución del clima y su impacto inicial en las siembras y finalmente de los cultivos en general.
Los pronósticos para los próximos 15 días están indicando probabilidades de lluvias y tormentas en los principales estados productores de soja y de maíz. El efecto más directo de la lluvia es que se paralizan las siembras y en el caso del maíz la ventana normal de siembra es hasta el 20 de mayo.
Faltan por sembrar todavía más del 50 por ciento de la superficie total de maíz: 17 millones de hectáreas. Si bien es factible desde el punto de vista de la disponibilidad de sembradoras, no lo es si los suelos están húmedos y no se puede entrar a los lotes. A ello se debe agregar los pronósticos de temperaturas por debajo de lo normal, lo que dificultaría la germinación de las semillas.
Por cómo viene esta película, salvo un milagro salva a los productores de maíz de Estados Unidos. Será muy difícil que puedan cumplir con su intención de siembra Y aquí lo más importante: cada acre menos de maíz es un acre más de soja.
Conclusión final.
De no ocurrir nada raro durante junio en adelante estamos ante un escenario alcista para maíz y bajista para la soja.
Ahora bien, si el clima sigue lluvioso por cuatro semanas más, entonces la suba no solamente será del maíz sino también para la soja. Todo un tema, ya que se definen los precios de la soja y el maíz disponible en la Argentina y los futuros 2018 también.