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En la provincia de Buenos Aires, las proyecciones para la campaña triguera 2023/224 no son homogéneas:

mientras en el norte la intención de siembra no despega por la falta de lluvias, hacia el sur crece, a partir de perfiles que encuentran más cargados. En este contexto, uno de los interrogantes pasa por la disponibilidad de insumos para los granos finos Los pronósticos -como suele suceder en el boxeo- presentan un “fallo dividido”. Mientras algunas bolsas de cereales estiman que habrá un incremento en el área sembrada, otras entidades son más pesimistas y alertan que la falta de lluvia recortará la superficie del cereal. “Si no hay agua, ¿qué van a sembrar'”, suele escucharse en cualquier conversación en donde se aventuran posibilidades. Según pudo relevar Infocampo a partir de consultas con productores, zonas tradicionales del cultivo -como el caso de Tres Arroyos– la seca no afectó como en otras regiones y la intención de siembra es buena. Pero hacia el centro de la provincia y sobre todo para el norte, el escenario se presenta más complejo. “Productos no van a faltar y más allá de alguna situación puntual no habrá faltantes como en campañas pasadas”, señalaron. Con respecto a los fertilizantes, existen algunas dudas sobre el abastecimiento si se incrementa la demanda si aumentan las lluvias. De acuerdo a distribuidores de insumos bonaerenses, con las actuales condiciones climáticas no habrá faltantes de insumos y semillas, situación que podría cambiar si en los próximos días se generan lluvias y los productores se vuelcan masivamente a la siembra.  “En el norte de Buenos Aires, por ahora está disminuyendo el área de siembra de trigo y eso se explica por la falta de agua, si no llueven entre 70 y 100 milímetros, el productor no saldrá a sembrar trigo”, consideró Lionel Camps, gerente general de la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines Bonaerense (Cedasaba). Hacia el sur, el directivo explicó que la situación es diferente y perciben una intención de siembra levemente superior en comparación al año pasado, con un trigo que ganará superficie con respecto a la cebada. DISPONIBILIDAD DE INSUMOS. Para el directivo, en la zona núcleo la disponibilidad de insumos está atada directamente a la evolución de las lluvias en el corto plazo. “Si las condiciones siguen como ahora, no faltarán y la siembra no correrá peligro por faltantes”, señaló.  Y agregó: “Si llegan las lluvias en buena cantidad y todos los productores comienzan a sembrar puede aparecer algún faltante, sobre todo en fosforados”.  Con respecto a las semillas, advirtió que puede haber algún problema a partir de la calidad en los granos de la última cosecha, que se llevó a cabo. “Dependerá de la fecha de siembra, si se retrasan la lluvias, los productores entrarán en ciclos intermedios y cortos, con lo cual pueden quedar ociosos los ciclos largos”, sostuvo.  Pero más allá de estas consideraciones, remarcó que no habrá problemas de abastecimiento en fertilizantes y semillas, al igual que en fitosanitarios. Pero un aspecto que habrá que tener en cuenta es cómo llegan financieramente los productores a esta nueva siembra fina.  “Hay que tener en cuenta que al ser tan dura la campaña que está terminando, muchos clientes están solicitando refinaciones y organizándose para el nuevo ciclo”, concluyó.